domingo, 28 de abril de 2013

UN "NOSOTROS"

Ella era una chica dulce y cariñosa, tenia todo cuanto podía tener menos una cosa, una de las cosas mas importante del mundo. Le faltaba ese sentimiento que hace que el corazón te latan tan fuerte que piensas en como hacer para que no se te salga del pecho, ese sentimiento que te impide hablar con naturalidad, ese sentimiento que la hace llorar todas y cada una de las noches que pasa sin alguien a su lado que la proteja y la ayude a salir adelante, ese sentimiento que muchas personas llaman amor. Cada mañana le veía una y otra vez pero solo podía pensar en lo indiferente que era para el y en lo triste que se encontraba. Pero lo que ella no se imaginaba era que un día cualquiera de un mes cualquiera el vendría  la cogería entre sus brazos y la besaría con toda su pasión acumulada mientras la empujaba a la pared, apretándola a su cuerpo y sin separar nunca la unión de sus labios. El la recorría el cuerpo con sus manos como si estuviera intentando grabarlo en su cabeza y no olvidarle jamas. Pero ella... después de todo el tiempo que había pasado esperando ese momento, estaba completamente paralizada. sus manos caían a cada lado de su cuerpo, inmóviles,  muertas. Ella tuvo que separar sus labios de los de el para respirar pero ni en ese momento los labios de el la dejaron sino que siguieron bajando por su cuello, arriba y abajo, arriba y abajo, una y otra vez. Por fin, ella se armo de valor y extendió sus brazos para acariciar su espalda pero una tela suave y blanda la sorprendió  ¡tiene alas! no daba crédito a lo que estaba viendo. El la soltó demasiado pronto, se giro y echo a volar, dejándola sola desamparada. Dejándose caer, se sentó en el suelo y empezó a sentir el escozor en sus ojos mientras las lágrimas luchaban por salir. Cogió su cabeza entre las manos y comenzó a sollozar dándose cuenta de que esa seria la única vez que le volvería a ver y que nunca encontraría un "nosotros" con el.


                                           

viernes, 16 de noviembre de 2012

La Luna Azul

Yo estaba tranquilamente tumbada el la mullida hierba... esperandole. Hace tres años estaba en el mismo lugar, el mismo día del año comtemplando la luna azul. Desde pequeña la he contemplado, admirando su espectacular luminosidad. Derrepente, del fondo del bosque apareció un chico joven con unos ojos tan negros como la obsidiana. No dijo nada, simplemente se me quedó mirando, sin moverse. Mi primer impulso fue salir corriendo de allí, pero no podía dejar de mirar sus ojos que me tenían atrapada. Poco a poco se fue acercando hacia mi, yo me levante del y cuando estabamos uno enfrente del otro, tan cerca que nuestros aliento se mezclaban el solo me dijo:
-Te necesito-.
Eso me dejó complentamente desconcertada ya que era la primera vez que le veía. Estaba nerviosa, el temblor de mis manos y el frenético latído de mi corazón me delataban, y antes de que pudiera decir nada, se hacerco a mis labios y me besó. No fue un beso cualquiera, fue un beso apasionado, como si realmente me necesitara. Cuando se separó de mi, me explicó lo que pasaba.
-Estamos destinados a estar juntos, nada ni nadie nos lo impedirá, vente conmigo y te prometo que serás la personas más feliz de la tierra-.
-¿Pero como que estamos destinados?-
-Es verdad, desde que nacimos nuestros destinos estan unidos, no importa lo que hagamos, siempre nos vamos a encontrar, es por eso que he venido hasta aqui para que estemos realmente juntos para siempre. Dentro de tres años volveré junto con la luna azul, esperame y no iremos juntos-.
Los siguientes años fueron un tormento, solo pensaba en él y en lo que nos había pasado, le veía todos los días, ya no sabía si era real o no pero de una cosa estaba totalmente segura estaba perdidamente enamorada de él.
y esa es la razón por la que estoy aqui, tres años despues contemplando la luna azul, esperando ardientemente volver a ver sus preciosos ojos negros y volver a sentir sus dulces labios sobre los mios.
Le quiero.

sábado, 6 de octubre de 2012


Con los ojos muy abiertos y llenos de temor, suavemente tira de mi mano y la coloca en su pecho, sobre su corazón. Su respiración se acelera. Su corazón está latiendo frenético, golpeando por debajo mis dedos. Él no quita los ojos de mi. Su mandíbula esta tensa, sus dientes apretados. Él me esta dejando tocarle y es como si todo el aire de mis pulmones se estuviera evaporando.
La sangre está latiendo en mis oídos como el ritmo frenético de mi corazón se eleva para que coincida con la suyo.
Se liberaa de mi mano, dejandola en su lugar por encima de su corazón. Doblo mis dedos ligeramente, sientiendo el calor de su piel debajo de la fina tela de su camisa.
Está conteniendo la respiración. No puedo soportarlo. Muevo mi mano, "No" dice de forma rápida y coloca su mano otra vez más sobre la mia, presionando mis dedos otra vez. "No".





                                                                        50 Sombras de Grey